Noticias-. A seis días que impactó el huracán Otis en la zona costera de Acapulco en Guerrero, existen todavía muchas más zonas que requieren del apoyo de las autoridades y dependencias, como lo son las escuelas públicas y particulares que quedaron devastadas.
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Fue el pasado miércoles 25 de octubre que autoridades escolares decidieron suspender actividades tras tenerse conocimiento del impacto del huracán, sin embargo, las predicciones sobre el alcance que tendría este fenómeno por parte de las dependencias meteorológicas fueron sumamente inexactas, por lo que nadie estaba al tanto del desastre que se avecinaba.
Muchas de las escuelas en Coyuca de Benítez y Acapulco terminaron irreconocibles después de este desastre; los materiales de los alumnos terminaron regados por el suelo, así como las bancas y sillas; mientras que en los jardines, muchos de los árboles se encontraban caídos.
Una joven estudiante de primaria habló para Fuerza Informativa Azteca y mencionó que durante cuando se estaba refugiando llegó a encontrarse con uno de sus compañeros y calificó lo que había ocurrido como algo “fatal”.
Desde tuvo lugar la devastación por el huracán Otis en estas ciudades, autoridades anunciaron que Coyuca de Benítez y Acapulco seguirán sin clases al menos hasta el próximo viernes 3 de noviembre.
La lenta respuesta de los tres niveles de Gobierno ha sido uno de los motivos por los que varios sectores tanto económicos como de seguridad estén paralizados o bien, que se fracase al recuperarlos lo más pronto posible.
En este caso, ignoran que las escuelas son un eslabón importante para la economía del estado y, por el momento, pareciera ser que no son una prioridad para aquellos que están a cargo de recuperar el orden y la estabilidad en Guerrero.