Los ataques de ansiedad son episodios repentinos de miedo intenso o incomodidad que alcanzan su punto máximo en cuestión de minutos. A menudo van acompañados de síntomas físicos, como dificultad para respirar, palpitaciones, sudoración y temblores.
Si crees que estás teniendo un ataque de ansiedad, es importante que detectes los síntomas y pidas ayuda en caso de que sea necesario.
Los ataques de ansiedad son más comunes de lo que se piensa y afectan a millones de personas cada año.
Estos son los síntomas más comunes de un ataque de ansiedad
Síntomas físicos:
- Dificultad para respirar
- Palpitaciones o latidos cardíacos acelerados
- Sudoración
- Temblores
- Náuseas o malestar estomacal
- Mareos o sensación de aturdimiento
- Debilidad o cansancio
- Sensación de entumecimiento o hormigueo
- Sofocos o escalofríos
Síntomas mentales:
- Sensación de pánico o terror inminente
- Sensación de peligro o muerte inminente
- Miedo a perder el control o volverse loco
- Incapacidad para concentrarse o pensar con claridad
- Sensación de estar “separado de la realidad” o de uno mismo, despersonalización o desrealización
De acuerdo con medios de divulgación de salud, si experimentas cinco o más de estos síntomas a la vez, es probable que estés teniendo un ataque de ansiedad.
¿Qué hacer si estás teniendo un ataque de ansiedad?
Si estás teniendo un ataque de ansiedad, lo más importante es tratar de mantener la calma. Es importante tener claro que el ataque NO durará para siempre y que hay cosas que puedes hacer para sentirte mejor.
- Ubícate en un lugar seguro.
- Respira profundamente.
- Concéntrate en el presente y piensa que no está ocurriendo una tragedia como piensas.
- Busca ayuda profesional si el ataque de ansiedad es persistente o continuo.
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