¿Es más peligroso el fenómeno de “La Niña” o “El Niño” y qué afectaciones ha dejado en Guerrero?

El fenómeno de El Niño y La Niña, originados en el Océano Pacífico Ecuatorial, son dos eventos climáticos que, aunque opuestos, pueden influirse mutuamente y alterar los patrones de temperatura y precipitación a nivel global, incluyendo en México.

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Estos fenómenos se dan en ciclos, con El Niño asociado a temperaturas más cálidas en el Pacífico y La Niña a un enfriamiento de estas aguas. Ambos eventos tienen implicaciones significativas para el clima, la agricultura y los ecosistemas, y pueden generar consecuencias graves en diversos países, entre ellos México.

“La Niña” es un fenómeno climático que ocurre cuando las temperaturas en la superficie del océano Pacífico ecuatorial son más frías de lo normal. Según el informe mensual del 14 de noviembre de 2024 del Centro de Predicciones Climáticas de la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica), La Niña podría desarrollarse en México entre noviembre y diciembre de 2024, aunque se prevé que su duración será corta y débil.

A pesar de que históricamente este fenómeno se ha formado entre octubre y diciembre, este año su llegada se ha retrasado, lo que ha generado incertidumbre sobre su intensidad. Los fenómenos de La Niña alcanzan su máxima fuerza durante el invierno, pero no siempre tienen el tiempo suficiente para fortalecerse antes de su finalización.

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Ambos fenómenos presentan riesgos significativos, pero sus efectos varían según la región. El Niño, que se caracteriza por un aumento de las temperaturas oceánicas, ha sido asociado con fuertes lluvias en algunas áreas y sequías extremas en otras.

En términos generales, este fenómeno suele causar un aumento en las temperaturas globales, deshielos en los casquetes polares, alteración de los ecosistemas marinos y la pérdida de bosques tropicales. Además, el fenómeno puede generar fenómenos climáticos extremos como olas de calor y tormentas intensas.

Por otro lado, La Niña tiende a estar vinculada a un enfriamiento global, con sequías severas en algunas regiones del mundo, como Sudamérica, Asia y Australia. En México, este fenómeno puede causar una reducción de las precipitaciones, lo que lleva a la desertificación y escasez de agua, afectando principalmente a las actividades agrícolas y al abastecimiento de agua en diversas regiones.

En Guerrero, tanto El Niño como La Niña han generado consecuencias significativas en las condiciones climáticas y en la vida cotidiana de los habitantes. Durante los episodios de El Niño, el estado ha sufrido sequías extremas, pérdida de cosechas y escasez de agua en varios municipios.

Mientras que La Niña, con su reducción de lluvias, ha afectado gravemente la producción agrícola, exacerbando los problemas de abastecimiento de agua para consumo humano y ganadero.

Es crucial que los guerrerenses estén preparados para las fluctuaciones del clima, pues estos fenómenos pueden alterar drásticamente la vida cotidiana. La falta de lluvias, las sequías prolongadas y las alteraciones en los patrones de temperatura pueden poner en peligro los recursos naturales y económicos del estado, especialmente la agricultura y la ganadería.

Aunque ambos fenómenos son peligrosos, El Niño generalmente tiene un mayor impacto global debido a las lluvias intensas, olas de calor y efectos adversos en los ecosistemas marinos. Sin embargo, La Niña no se queda atrás, ya que las sequías prolongadas que provoca pueden tener efectos devastadores en las regiones más afectadas, como Guerrero.

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