Aunque todos los días llueven billones de litros de agua dulce sobre la Tierra, ¡el océano sigue siendo salado! Pero, ¿cómo es esto posible? La respuesta es un fascinante viaje de agua, rocas y minerales que ha ocurrido durante millones de años. Si te has preguntado qué hace que el agua de mar sea tan diferente de la de los ríos o lagos, aquí, en TV Azteca Guerrero , te lo contamos.
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¿Qué es lo que hace que el mar sea salado?
Todo comienza con la lluvia. Aunque el agua de lluvia es dulce, cuando cae sobre las rocas, lleva consigo dióxido de carbono, lo que la convierte en un ácido débil. Este ácido erosiona las rocas y libera pequeñas cantidades de sal y minerales. Estos elementos viajan por los ríos hasta llegar al mar.
En los ríos no sentimos el sabor salado porque el agua se renueva constantemente con más lluvia, diluyendo las sales. Pero en el océano es diferente. Los océanos son grandes reservorios donde las sales se acumulan, ya que no hay un flujo constante de agua nueva que las diluya. Aquí es donde se guarda la sal que viaja por los ríos y otras fuentes.
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¿De dónde sale la sal del mar?
Pero no solo los ríos contribuyen a la salinidad. Las erupciones volcánicas submarinas también tienen un papel importante. Estas liberan gases y minerales que enriquecen el océano. Además, en el fondo marino, el agua pasa por grietas de la corteza terrestre, se calienta a más de 400°C y disuelve más minerales. Este proceso de “geiseres submarinos” agrega aún más sal al océano.
¿Por qué el océano no se vuelve más y más salado?
Aunque cada día llega más sal al océano, ¡no se vuelve más salado! Esto se debe a un equilibrio natural. Las sales se sedimentan en el fondo del mar o son utilizadas por los corales y otros organismos marinos. Gracias a este equilibrio, la concentración de sal en el océano ha permanecido constante por millones de años, a pesar de los constantes aportes de minerales.
¿Y qué pasa con el Mar Muerto?
El Mar Muerto, en el Medio Oriente, es uno de los cuerpos de agua más salados del mundo. Tiene una salinidad del 34%, ¡casi diez veces más que el océano! ¿Por qué es tan salado? Porque está ubicado en una cuenca cerrada, sin conexión con otros mares.
El agua que llega al Mar Muerto proviene principalmente del río Jordán, pero no tiene forma de escapar más que por evaporación. Las altas temperaturas y la baja humedad en la región hacen que el agua se evapore rápidamente, dejando las sales concentradas.
La salinidad del océano no solo es importante para el sabor, sino también para la vida marina. Juega un papel crucial en la creación de corrientes oceánicas que regulan el clima global. También es esencial para los hábitats marinos, desde los corales hasta los organismos más pequeños. Sin la salinidad adecuada, estos ecosistemas no podrían existir.
Así que la próxima vez que mires al mar, recuerda que su salinidad es el resultado de un complejo equilibrio de procesos geológicos y químicos que han ocurrido a lo largo de miles de millones de años.
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