A lo largo de su historia, la Tierra ha sido escenario de grandes transformaciones, y los científicos predicen que, con el paso de millones de años, los continentes actuales podrían fusionarse nuevamente en un solo supercontinente.
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Este fenómeno, conocido en la geología como la formación de un nuevo Pangea, podría reconfigurar por completo la geografía del planeta, pero también traer consigo consecuencias que harían difícil la vida tal como la conocemos hoy.
¿Qué pasaría si Pangea nunca se hubiera separado?
En el pasado, la Tierra ya ha sido testigo de la formación de varios supercontinentes. Entre los más conocidos están Vaalbará, Ur, Rodinia, Pannotia y, por supuesto, Pangea, el supercontinente más famoso, que existió hace unos 335 millones de años.
Pangea comenzó a fragmentarse hace unos 175 millones de años, y a lo largo del tiempo, los continentes se desplazaron hasta alcanzar la distribución que conocemos actualmente.
Sin embargo, según algunos geólogos, este proceso de fragmentación no es el final. En el futuro lejano, las placas tectónicas podrían mover los continentes hacia un punto de colisión, formando nuevamente una única masa terrestre.
¿Qué pasaría si todos los continentes estuvieran pegados el uno al otro?
El geólogo Christopher Scotese ha propuesto el concepto de Pangea Última para describir el nuevo supercontinente que podría surgir dentro de cientos de millones de años. A través de simulaciones y modelos geológicos, los científicos han logrado visualizar cómo los continentes actuales podrían fusionarse.
En estos modelos, América, Europa, África, Asia y otras regiones del mundo se reunirían, formando una gigantesca masa terrestre, en la que la mayoría de los países quedarían unidos.
Sin embargo, no todos los científicos están de acuerdo en que este supercontinente será exactamente igual a Pangea, y algunos sugieren que podría adoptar diferentes configuraciones, como Neopangea o Pangea II.
¿La Tierra será habitable en la Pangea Última?
Aunque la idea de ver a la Tierra reunida en un solo continente es fascinante, los expertos advierten que este proceso tendría consecuencias graves para la habitabilidad del planeta. La principal preocupación es el aumento de las temperaturas.
Con la mayoría de las masas de tierra unidas, el clima en el interior del supercontinente sería extremadamente caluroso y seco, lo que provocaría una mayor escasez de agua y afectaría los ecosistemas de la Tierra.
Además, la desaparición de vastos océanos podría alterar gravemente los ecosistemas marinos y el clima global, creando un entorno mucho menos favorable para la vida tal como la conocemos.
Es importante tener en cuenta que estos cambios geológicos no son algo que sucederá en el corto plazo. La evolución de la Tierra, a través del movimiento de sus placas tectónicas, es un proceso que lleva cientos de millones de años.
Por lo tanto, aunque los modelos y predicciones científicas nos ofrecen una idea de lo que podría ocurrir, no veremos la formación de Pangea Última durante nuestra vida.
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