¡IMAGENES SENSIBLES! Desgarrador lamento de Sweet Girl, la ballena jorobada herida por un Ferry

Imágenes impactantes muestran a una joven ballena jorobada después de que le rompieran la mandíbula en un choque frontal con un ferry en Tahití, una isla en la Polinesia francesa. Te advertimos, el video es desgarrador.

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Sweet Girl, una ballena hembra, estaba nadando cerca de un puerto en Tahití el 8 de octubre cuando un barco salió de la zona a seis veces el límite de velocidad, según la organización de conservación marina Sea Shepherd.

El ferry aparentemente navegaba a 30 nudos en un área donde la velocidad estaba limitada a cinco nudos; debido al exceso de velocidad e imprudencia del ser humano, el ferry impactó presuntamente de frente con la ballena jorobada conocida como Sweet Girl.

La ballena jorobada, tras recibir la atención de buzos conservacionistas, se constató que la parte superior de su cara presentaba una herida profunda que sangraba y, lamentablemente, se ahogó después de “varias horas de agonía”. En el video podemos ver y escuchar el impactante dolor y desolador suceso que terminó con la vida de Sweet Girl.

“Mata Tohora fue llamada a las 9:50 a.m... pero la ballena murió muy pronto después de nuestra llegada, especialmente por la lesión y la fractura de los huesos nasales que se hundieron”, comentó la Dra. Agnes Bennett, fundadora del grupo de conservación marina Mata Tohora.

Dos grupos conservacionistas de la vida silvestre presentaron una denuncia ante el gobierno local, solicitando una investigación criminal. “Haremos todo lo posible para identificar y condenar a quienes hicieron esto. También estamos lanzando un llamamiento a los testigos”, afirmó el grupo.

Aunque los detalles sobre la ballena y el incidente son escasos, el video muestra la eliminación total de la parte superior de su luna. Mientras intentaba llegar a la superficie, la sangre brotó por la abertura, dejando un rastro. El barco le cortó completamente la parte superior de la cara.

Alrededor de las islas Tahití habitan aproximadamente 3,200 ballenas jorobadas, de un total mundial de unas 80,000. “Aún no puedo creer que esto le haya pasado; no se merecía este destino después de toda la amabilidad y curiosidad que mostró hacia nuestra gente. Al final, somos responsables de su muerte”, reflexionó Rachel Moore, fotógrafa submarina.

En abril, se establecieron regulaciones que imponen una distancia de seguridad de 330 pies entre los animales y las embarcaciones autorizadas, mientras que los nadadores deben mantenerse a 50 pies de distancia. Julien Anton, guía turístico, comentó: “Este es uno de los últimos lugares en el planeta donde podemos observar a las ballenas a tan corta distancia”.

La asociación polinesia Mata Tohora, dedicada a la protección de los mamíferos marinos, sostiene que hay demasiados barcos en el agua, “Necesitamos limitar el número de barcos alrededor de ballenas y delfines. Es una cuestión de gestión que debe hacerse con urgencia. Se puede nadar con las ballenas sin perturbarlas, si te tomas el tiempo, si tienes paciencia y si lo haces con amor”, enfatizó Agnes Bennett.

La ballena jorobada, conocida como la “ballena de las grandes alas” por sus amplias aletas pectorales que pueden medir alrededor de 5 metros, también se llama jorobada o yubarta debido a su costumbre de arquear el lomo antes de sumergirse. Su nombre científico es Megaptera novaeangliae.

Estas ballenas pueden alcanzar longitudes de hasta 18 metros, siendo las hembras generalmente más grandes que los machos, con un peso promedio de 40 toneladas. Se encuentran en ambos polos y migran a aguas más cálidas en invierno para parir y aparearse.

Suelen emitir sonidos complejos conocidos como “cantos”, que pueden ser escuchados a más de 12 kilómetros de distancia, es una característica de estas ballenas. Se cree que los machos utilizan estos cantos durante el cortejo. Su comportamiento incluye saltos, coletazos, aletazos y el acto de asomarse para observar su entorno.

Al nacer, las crías miden aproximadamente 3 metros y pesan alrededor de 2.5 toneladas. Como mamíferos, se alimentan de leche, ingiriendo entre 75 y 150 litros diarios. Esta leche, rica en grasa, les permite engordar rápidamente para enfrentar las bajas temperaturas cuando regresan al polo con sus madres. La gestación dura un año y generalmente dan a luz a una sola cría, con una esperanza de vida que puede alcanzar casi los 100 años.

Actualmente están en peligro de extinción, su población se está recuperando, aunque lentamente. Entre las amenazas naturales se encuentran las orcas y tiburones que se alimentan de las crías. Sin embargo, la principal amenaza ha sido la acción humana.

Han sido cazadas de manera indiscriminada durante 300 años, lo que provocó una reducción del 90% en su población antes de la moratoria de 1966. Desde entonces, la población se ha recuperado parcialmente, pero los enredos en redes de pesca, colisiones con barcos y la contaminación acústica siguen siendo preocupaciones significativas.

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